Fanesca en Semana Santa
- Iván Guzmán Quimis
- 16 abr
- 2 Min. de lectura
La fanesca no es solo un plato típico ecuatoriano, es mucho más que eso: es un abrazo al alma, una receta que une generaciones y que cobra vida especialmente en Semana Santa. Prepararla es un acto de amor, compartirla es un gesto de fe y gratitud.
Este potaje, rico en historia, sabor y simbolismo, representa el espíritu de la temporada: gratitud, unión y reflexión espiritual. Cada uno de sus ingredientes cuenta una historia: el trabajo en equipo de quienes la preparan, la diversidad de nuestro país reflejada en sus sabores, y el profundo sentido de comunidad que evoca.

Una receta de mucha Fe
La fanesca es uno de los platos más famosos y representativos del Ecuador, conocido no solo por su sabor inconfundible, sino también por su carga cultural y religiosa. Se sirve exclusivamente durante la Semana Santa, como parte de una tradición católica que honra la Última Cena y los Doce Apóstoles, simbolizados por los doce granos y legumbres que componen la preparación.
Entre ellos se incluyen el fréjol, haba, chocho, arveja, lenteja, junto a los infaltables zambo y zapallo, que aportan cremosidad y dulzura. Esta mezcla se convierte en un potaje espeso, dorado y aromático que no solo nutre el cuerpo, sino también el espíritu.

Una receta con raíces profundas
La fanesca combina una gran variedad de granos como fréjol, haba, chocho, arveja y lenteja, junto a las cucurbitáceas tradicionales: zambo y zapallo. Esta mezcla se convierte en un delicioso potaje que se sirve con una presentación tan simbólica como sabrosa: rodajas de maduro frito, huevo cocido, masitas y empanadas fritas, además de una ramita de perejil como toque final.
Como si fuera poco, la fanesca se acompaña con molo —un puré de papa con queso—, y un toque dulce al final con higos con queso o arroz con leche.
Cada ingrediente tiene su razón de estar. No es solo una receta, es un legado que se transmite de generación en generación. Prepararla en familia es rendir homenaje a nuestras raíces, compartirla es celebrar nuestras costumbres o puedes viajar y probarla en las diferentes partes de nuestro querido Ecuador.

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